Esto es algo que no quiero tratar en las reseñas, porque no quiero recomendar una cosa u otra. Comprar o pedir prestado. Por eso, ahí sólo pongo la información relativa a los libros. Cada cual tiene derecho a amarlos y disfrutar de ellos como quiera.
Pero tengo que decir que, en lo personal, la mayoría de los libros de los que hablo vienen de la biblioteca, porque soy una asidua visitante de ésta. Voy a la biblioteca desde que tenía 6 años por lo menos. Y la verdad es que, más que una usuaria, me siento como una habitante más de ella cuando estoy en ella, como si fuera mi otro hogar.
Sé que muchas personas tienen una idea distinta de la biblioteca, que piensan que los bibliotecarios son unos seres huraños y dispuestos a aguarte la fiesta, y que la biblioteca es un lugar muy estricto lleno de mamotretos, con poco dónde elegir, poca novedad y en general, que impone y no dan muchas ganas de visitar.
La verdad es que me siento afortunada por las bibliotecas que he podido conocer (y la que más visito y más me gusta), porque nunca me sentí así en ellas. Así que, viendo las experiencias de otras personas, creo que he tenido mucha suerte con las bibliotecas que me han tocado, que han resultado ser las más fantásticas, al parecer.
No sólo no me siento como en clase en la biblioteca, sino que es uno de los sitios donde más libre me siento.
Y sí, la uso con bastante, bastante frecuencia. Por eso, si alguna vez hablo de un libro que tengo en mi estantería o me han regalado, seguramente lo diré en la reseña. El resto seguramente vendrán de la biblioteca ;P (y de amigos =D).
Dicho todo esto, quiero romper una lanza a favor de las bibliotecas y los bibliotecarios. Quiero decir que estoy segura de que cuánto más usas una biblioteca, más crece esta, porque más necesaria se siente (hablo de los que llevan la biblioteca claro, pero vosotros me entendéis). Y que eso quiero decir que tenemos mucho poder para cambiarla si no nos gusta, aunque nos parezca que no, aunque es cierto que pueda llevar un tiempo. Quien algo quiere, algo pondrá de su parte, ¿no?
También, he conocido a bastantes bibliotecarios a lo largo de mi vida (por pasar bastante tiempo en bibliotecas), a algunos más que a otros, pero... para mí son personas (porque sí, son personas de carne y hueso), hay un poco de todo. He conocido bibliotecarios que me daban miedo, bibliotecarios que me trataban como amigos, bibliotecarios que me imponían y bibliotecarios que me hacían sonreír. Y me parece injusto no darles una oportunidad porque, como son bibliotecarios, no pueden ser otra cosa que seres malvados, según la leyenda...
Y además, hasta los que me parecieron en algún momento más hoscos, me han dado sorpresas de vez en cuando. Hace poco por ejemplo, volví a ver a una bibliotecaria que de niña no me entusiasmaba exactamente... y cuál fue mi sorpresa cuando, no sólo se acordaba de mí, sino que me recordaba con cariño y me dio un gran abrazo.
¿No los estamos tratando a veces con excesiva dureza, con falta de bondad y humanidad?
Y a lo mejor lo único que necesitas para sentirte bien en una biblioteca, es conocerla de cabo a rabo. Y asegurarte de formar parte de ella.
Que el amor a la lectura nos mueva